Manami Oura, aunque ya estaba casada, no era feliz porque su vida sexual no era muy buena, lo que provocaba que ambos discutieran con frecuencia. Ese día, Manami se enojó y salió de casa; accidentalmente se encontró con un entrenador de natación, un chico alto y musculoso muy diferente a su esposo. Ambos fueron a la piscina para que él le enseñara a nadar después de charlar un rato, y entonces... la aventura secreta comenzó desde allí...
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