Yuhi y yo, el gerente del club de tenis, estamos saliendo juntos. Yuhi es una chica hermosa, tranquila y muy inocente. Por eso hemos mantenido una relación pura, ni siquiera hemos agarrado de la mano, menos aún hemos llegado a besarnos. Pero, ¿por qué está sucediendo esto?! Volviendo al día en que todo el club fue a un campamento de entrenamiento, el lugar de descanso era una posada con aguas termales. Un senior de tercer año solo se preocupaba por el sexo, y siempre que abría la boca mencionaba cosas obscenas. Y cuando llegamos aquí, descubrí que el club tiene una tradición, que es que los nuevos estudiantes masajeen la espalda de los seniors. Y cuando el senior se quitó la toalla, me sentí extremadamente avergonzado al ver que su miembro era el doble de grande que el mío. Después de ducharme, regresamos a la habitación para descansar. Un tiempo después, al pasar por el baño, me sorprendí al ver al senior y a Yuhi saliendo de allí juntos. Aunque el senpai dijo que Yuhi solo le ayudaría a frotarse la espalda, aún llevaba una toalla, pero en mi mente seguía pensando en esa imagen, ¡una imagen que no quería que sucediera! Y al día siguiente, cuando todo el club estaba practicando, el senpai y Yuhi estaban ausentes de nuevo. Al regresar, incluso escuché que el senpai le pidió a otro senpai que fuera a comprar anticonceptivos. Probablemente el senpai había hecho eso con la hermana en la tienda, la misma que él mencionó ayer. En el último día, quedaban tres horas para la hora de desocupar la habitación, el senpai nos invitó a 'jugar' con esa 'hermana' en grupo, incluso podríamos estar desnudos porque ya había preparado los anticonceptivos. Por supuesto, yo me negué y regresé a mi habitación. Al llegar a ver cómo estaba Yuhi, no la encontré en la habitación, de hecho, la habitación estaba hecha un desastre, ropa, pañuelos arrugados, ¡el olor del semen inundaba el aire! Un terror surgió en mi mente. Fui a buscar al senpai de segundo año, pero no encontré a nadie. Pero cuando llegué a la habitación del estudiante de tercer año, los gemidos y los sonidos de piel resonaban como un golpe en mi corazón. Temblando, abrí la puerta, y todo el mundo parecía desmoronarse ante mis ojos...