Una niña asignada al campo donde vivía su abuela debido a las circunstancias de sus padres comenzó a seducir con sus grandes pechos que habían crecido. Pechos sudorosos y apretados que incluso los hombres de mediana edad no pueden negar con el poder mágico de una piel juvenil. Las vacaciones de verano a las que era adicto no eran más que relaciones sudorosas con viejos que dejaban boquiabierta la razón.
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