En las vacaciones de verano, la hermosa nieta adolescente llegó a la ciudad desde el campo para jugar con su ansioso primo. Cada vez que accidentalmente dejaba que sus grandes tetas se frotaran contra las manos de su tío, él estaba feliz y lujurioso. Especialmente mientras dormía, porque solo había una habitación, la nieta dormía en el suelo y él dormía en la cama, en ese momento ella vestía muy aireada y sexy, tantas veces que le daba mucha sed, tuvo que escabullirse y manosear todo su cuerpo. Después de un par de veces así, hasta que una noche, porque no podía más porque su sobrina estaba tan deliciosa y gordita, decidió arriesgarse, tanteó y comenzó a meter lentamente a su pequeño en su linda boquita. Su curiosidad, timidez y permisividad inadvertidamente instigaron a su primo lascivo a hacer cosas malas.
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