Como son dos hermanos de sangre, su cariño el uno por el otro es mayor que el agua del mar en el océano, poco a poco superando ese límite y convirtiéndose en amor, un sentimiento complicado y difícil de describir pero también muy profundo y especial. Ambos hacen todo lo que las parejas suelen hacer, no solo se limitan a un agarre de manos íntimo o un dulce beso, sino que van mucho más allá, entregando sus cuerpos vírgenes, regalando todo lo que tienen de más valioso el uno al otro. Realmente, el amor fraternal es muy profundo.
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