Fuera, estaba lloviendo a cántaros, y yo estaba dentro de la casa acogedora disfrutando de una película cuando escuché un golpe en la puerta. Pensando que era mi madre de regreso, corrí a abrir la puerta, pero ante mis ojos estaba una mujer extraña con ropa delgada empapada que me dejaba ver su sujetador negro sensual. Resulta que ella era Asakiri, la amiga cercana de mi madre, que al regresar del trabajo fue sorprendida por la lluvia y se vio obligada a refugiarse en casa de su amiga. Después de secarse, se sentó en el sofá y me comenzó a preguntar sobre cosas de adultos, lo que me hizo sentir muy incómodo. Poco a poco, ella se acercó a mí y hubo contacto físico, lo que me dejó inmóvil, sin atreverme a moverme. Así fue como esa noche ella me enseñó cómo hacer el amor.
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