Aya, una esposa que trabaja en una empresa de bienes raíces, es una empresaria exitosa con un hermoso rostro. Siempre tiene una sonrisa tranquila, lleva una falda súper corta y calcetines negros, mostrando sus piernas y traseros sexys de una manera encantadora. Y hoy, también... Mientras guiaba a los invitados a ver la casa, Aya sintió el placer de ser lamida por el hombre con sus ojos codiciosos desde la mitad de sus piernas a través de los calcetines negros, hasta las nalgas grandes y regordetas, las piernas delgadas e incluso las puntas de los dedos de los pies. Justo cuando pensó que no podía contenerse más, Aya soltó la invitación: "Si firmas un contrato, puedes tocarme..." para satisfacer sus propios deseos.
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