Las traviesas adolescentes Mia Evans y Missy Luv siempre irrumpen en la habitación de su hermanastro para revisar sus cosas y jugar en su cama. El pobre chico odia que ellas se diviertan en su espacio, así que les da una advertencia final. Si lo hacen una vez más, ¡les irá mal! Ellas no saben que su hermanastro es un hombre de palabra. La próxima vez que jueguen en su habitación, pierden un frasco de esmalte de uñas debajo de su cama. Pero cuando se agachan para buscarlo, su hermanastro se desliza detrás de ellas y penetra cada ranura de su cuerpo. Las hermanas gimen de placer mientras él las penetra en su delicada intimidad. Luego, se lanzan su crema a la boca de la otra mientras él observa, asombrado. Al final, no es un castigo tan malo.
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