Fui a un masaje relajante y elegí a una hermosa empleada. Al ir a un masaje, elegí a una trabajadora con un bonito rostro que recién comenzaba su primer trabajo en un salón de masajes en el centro de la ciudad, donde los hombres suelen detenerse cuando están estresados en el trabajo y nadie de nosotros sabe qué hacer. Allí hay servicios especiales, no solo físicos sino también sexuales si se solicita. Por eso el lugar siempre está lleno de clientes, contratando a empleadas atractivas y limpias. Hoy es mi primer día en el trabajo, aunque al principio estaba muy shockeado y sorprendido por este trabajo, mi amor sigue siendo puro.
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