Mao se preocupa por su esposo, Ryosuke, quien recientemente está preocupado por su falta de energía, y dice: Estoy ocupado. A pesar de decir eso, Mao sigue sintiéndose herida, pensando que puede no ser atractiva. El subordinado de Ryosuke, Murata, quien visitó la casa de la pareja, sedujo a Mao como una oportunidad para ver que la pareja sufre de falta de sexualidad. Mao se negó, pero Murata se acercó de manera coercitiva y desesperada.
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