La dueña de la hermosa tienda de lencería y el afortunado repartidor, en una ocasión mientras iban juntos en la camioneta a hacer entregas, tuvieron conversaciones muy amenas en el coche. La dueña de la tienda, habiendo dejado de limpiar durante mucho tiempo, al ver al chico se sintió deseosa de tener un amor apasionado, por lo que realizó actos sensuales en el auto que hicieron que el afortunado repartidor no pudiera resistir la sensualidad de la dueña de la tienda, y ambos se fueron juntos a la casa de la chica.
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