Sumire tiene un secreto que no puede contarle a nadie, y es... ¡Sus nalgas están cohibidas! De vez en cuando tomaba el control del cuerpo de Sumire, diciendo y haciendo cosas en contra de su voluntad. Un día, las nalgas de Sumire se enamoraron del joven que acababa de mudarse a la habitación contigua a primera vista. Y así su culo tomó el control e hizo actos lascivos para seducirlo. Incapaces de resistir la invitación de la hermosa chica, los dos hicieron el amor de una manera loca. Y así, aunque no quería, el culo de Sumire la hizo follarlo una y otra vez. Y poco a poco, la sensación de felicidad que traía este joven conquistó a Sumire. Sin necesidad de que su culo se lo recordara, ella misma tomó la iniciativa de buscar al vecino y quería que satisficiera sus deseos sexuales...
Deja un comentario