Sabiendo que su hermano menor se estaba preparando para ingresar a la universidad, el hermano mayor decidió invitarlo a casa para facilitar el estudio y prepararse adecuadamente para el próximo examen. Sin embargo, él no tenía idea de que esta era una decisión muy errónea. Desde el momento en que llegó a casa, no pudo apartar la mirada de su hermosa cuñada Otsuki, en su mente siempre estaba presente su imagen y muchas veces había imaginado historias de adultos con ella. Cada día, su deseo crecía y solo pensaba que los sentimientos que tenía por su cuñada eran unilaterales; no sabía que ella también lo había estado observando desde que entró a la casa. En un día fatídico, cuando su hermano estaba fuera, su cuñada tomó la iniciativa de seducirlo directamente. Se sintió sorprendido pero también alegre al darse cuenta de que los sentimientos que había tenido por ella no eran unilaterales. No dudó en aceptar de inmediato satisfacer las necesidades de su cuñada, sin pensar en su hermano que trabajaba duro para mantener a toda la familia.