Mientras limpiaba la casa con mi abuela, mi madre y mis dos hermanas, descubrí accidentalmente un reloj con un diseño extraño. Por curiosidad, me lo puse en la mano y presioné el botón grande, lo que sucedió frente a mí fue extremadamente sorprendente: el tiempo pareció detenerse, todos estaban inmóviles, resultó ser un reloj que se detuvo en el tiempo. Algunos pensamientos interesantes comenzaron a aparecer en mi mente. Aproveché el reloj para hacer que se quedaran quietos y realizaran algunas acciones de aspecto pervertido. Les quité las bragas, me corrí en ellas y masajeé suavemente las bonitas que empaparon mi semen. Al día siguiente hubo una decisión más audaz, ayudé a la hermana a masturbarse con un cepillo de dientes, le inserté el pene y se lo metí en la boca y aun así tuve sexo con todos. Estas cosas eran un castigo por los días en que me trataban mal. Este es realmente un reloj milagroso.
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