Un chico se muda a la casa de al lado de su vecina Eimi Fukada. Mover la ropa debe causar sonidos desagradables que hagan que Eimi vaya a la casa y lo regañe. Al cabo de unos días descubrió que Eimi era una chica lasciva, la escuchó gemir mientras se masturbaba sola en la habitación y lo grabó. Tomar eso es lo que hace que Eimi se avergüence y se convierta en un juguete sexual para él.
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