Ito a menudo pensaba que la ausencia de su marido era una serie de días largos y difíciles para ella, pero la realidad era completamente diferente; había vivido uno de los recuerdos más inolvidables de su vida mientras conocía al joven vecino de al lado. Ella y él comenzaron a comunicarse y hacerse amigos justo cuando su marido salió de viaje por unos días. Debido a la falta de cariño, siempre buscaba maneras de coquetear con el joven vecino mediante acciones evidentes y sensuales, con la esperanza de tener una relación clandestina con él en un amorío unidireccional. Pero no se dio cuenta de que él también era una persona bastante lujuriosa; muchas veces, ella se masturbaba sin saber que él la espiaba, hasta que ella se dio cuenta de que él también tenía sentimientos por ella y se atrevió a ser proactiva. Desde entonces, surgieron verdaderos sentimientos entre ellos, como lo demuestra las numerosas ocasiones de encuentros íntimos que tuvieron de manera consensuada.
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