Kana, que se había quedado dormida por primera vez enamorada de su novio, estaba tan confundida que olvidó ponerse ropa interior y fue a trabajar sin ella. Kana trató de llegar a tiempo y trabajar duro como de costumbre, pero cometió un acto audaz sin pensar que no llevaba ropa interior. El deseo sexual de su subordinado se desbordó al ver sus nalgas blancas y suaves que asomaban debajo de la falda y su parte íntima expuesta que no pudo defenderse.
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