Aoi se presenta todos los días frente a la estación de tren, cantando con el sueño de convertirse en una cantante famosa. Aunque solo hay unos pocos transeúntes que la escuchan por casualidad, ella persiste en la búsqueda de su sueño. Saito, un hombre que lo tuvo todo, ahora solo le queda su pequeño hijo y un trabajo de vigilante en un sitio de construcción. Todo se derrumbó en una noche fatídica, convirtiéndolo en un vagabundo en la vida. Una noche de lluvia, Saito escucha sin querer la voz de Aoi mientras pasa por la estación. Su música es como un rayo de luz que se filtra en su corazón, que había estado frío durante mucho tiempo. Desde entonces, cada noche después de cenar, él se queda en silencio escuchándola cantar, como si buscara un poco de calidez en medio de la vida dura. Aoi comienza a notar que ese hombre siempre está presente en la multitud. Un día, decide iniciar una conversación. La charla que parecía normal va uniendo lentamente a dos almas perdidas.
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