La ama de casa Sumire en su segundo año de matrimonio. Vive con un esposo amable y trabajador. La única insatisfacción es que el esposo es demasiado ingenuo y tiene una visión no muy positiva de la vida conyugal por la noche. Desde aquella semana, comenzaron los trabajos de remodelación de la casa, y un artesano de mediana edad, callado, taciturno y de aspecto duro, llegó a trabajar en la casa. Un artesano que solo respondió con una contestación brusca y poco amigable cuando se le abordó. El olor a sudor masculino que él desprendía hacía que la mujer casada se sintiera incómoda. Y un día, debido a su intensa excitación, esta esposa promiscuo hizo algo inesperado.
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