Una posada antigua administrada por una pareja. Debido a la recesión y a la prolongada epidemia, la cantidad de clientes disminuyó drásticamente, y se vieron obligados a declararse en quiebra. Tal como pensé que debía mejorarlo, un hombre ofreció un servicio de entretenimiento especial a la dueña Iori Kogawa. Entonces, la posada que había sido tranquila hasta entonces cambió por completo, y volvió a haber una gran afluencia de clientes. La relación entre la pareja se volvió serena, parecía que todo iba viento en popa.
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