El padre realmente tiene suerte al tener dos hijas obedientes, Ai Sena y Kamiya Mitsuki. Después de un agotador y estresante día de trabajo en la empresa, al llegar a casa, es atendido con mucho cariño por sus dos queridas hijas; él solo necesita quedarse ahí y disfrutar, y el resto lo dejará en manos de estas dos chicas tan obedientes.
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