Un día, Mio fue el objetivo de un asesino en silla de ruedas. El hombre que fue golpeado era un delincuente sexual que había solicitado un pago en especie en lugar de dinero para un acuerdo. Además, un hombre en bicicleta que la chocó la revisó para ver si su máquina de masaje estaba rota, sospechando que había robado en el supermercado, en lugar de mantenerlo en secreto, ella exigió la verificación. Para llegar a un acuerdo, Mio hizo lo que el hombre dijo...
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